Este empresario austriaco se la encargó al arquitecto Julio Machicao, del que quedan otras construcciones de interés, particularmente en la calle Almirante Simpson (comuna de Providencia) y en la avenida Brasil (barrio Concha y Toro).
La ampliación de la ciudad, diseñada por Benjamín Vicuña Mackenna, propuso un nuevo tejido urbano hacia la periferia.
[1] El inmueble de tres plantas utiliza parqués, mármoles, maderas valiosas, herrerías y la influencia del art decó (arcos conopiales, escudos heráldicos, vitrales y figuras zoomorfas a manera de gárgolas medievales) es clara en su ornamentación.
La luminosidad interior se debe a hermosos vitrales de autor desconocido que combinan dibujos provenientes del estilo Tudor con intervenciones circulares, próximas al art nouveau.
[4] Cuando se logró obtener la casa para la SECH, Rubén Azócar, según relata la escritora Virginia Vidal, "llamó en primer lugar a su amigo Pablo Neruda", que había sido presidente de la organización, para que conociera la casa.