Casimiro nació en Ansbach, siendo el hijo del margrave Federico I de Brandeburgo-Ansbach y su esposa, la princesa Sofía Jagellón, hija del rey Casimiro IV Jagellón de Polonia.
En 1515, Casimiro y su hermano menor, Jorge, depusieron a su padre, quien había sobrecargado enormemente las finanzas del margraviato con su lujoso estilo de vida.
No obstante, ya que su hermano menor a menudo permanecía en la corte real húngara, Casimiro gobernaba Brandeburgo-Ansbach de su parte.
En los años subsiguientes, continuó activo como líder militar y diplomático al servicio de los Habsburgo.
La guerra francona estalló en 1523, y varios castillos de los barones ladrones fueron destruidos.
El obispo huyó y los defensores se retiraron a la fortaleza de Marienberg en Wurzburgo.
Con un considerable esfuerzo financiero y personal, Casimiro se preparó para repeler las incursiones en su territorio.
En Rothenburg, Casimiro ganó su primera victoria sobre los campesinos, y abandonó la ciudad con un rico botín.
Poco después, sin embargo, el consejo de la ciudad se inclinó ante los ciudadanos, quienes llegaron a un acuerdo con los campesinos.
Así que Casimiro estuvo limitado al uso de mercenarios bohemios para defender sus castillos más fortificados.
Casimiro, cuyas acciones le merecieron el sobrenombre de "Bloodhound", ganó la delantera.
En Kitzingen, quiso poner ejemplo: prometío al bailiazgo Luis von Hutten que las vidas de los residentes serían respetadas.
Solo cesó sus castigos cuando se supo en noviembre de 1526 que personas inocentes también estaban afectadas.
En la coronación del futuro emperador alemán Fernando I como rey de Bohemia en 1527, Casimiro, quien estaba gravemente marcado por enfermedad, se unió a la campaña militar en Hungría contra Juan Zápolya.
Debido a que su hermano, Jorge el Piadoso, también se unió, Casimiro volvió para elegir un stadtholder para sus posesiones franconas y contratar tropas adicionales.