Según las confesiones y las pruebas gráficas examinadas, ambos hombres establecieron una relación de ayuda mutua.
[3] Tras el examen y enyesado del brazo de Brito, y segundos después de la salida del hospital, cuando los mozos se disponían a introducir al accidentado en el automóvil policial, Picatoste disparó contra ambos.
Desde allí iniciaron una marcha a pie para no ser detectados por controles policiales.
Posteriormente se supo que habían recibido material y provisiones después de ser trasladados en automóvil hasta la cordillera.
[2] Los tres cuerpos policiales antes citados estuvieron vigilando los movimientos de los avitualladores que se citaban con Brito y Picatoste para entregarles ropa, comida, bebida y teléfonos móviles para comunicarse.
En la carretera de Sardañola, los dos prófugos se toparon con un coche parado con el motor encendido ocupado por una pareja que mantenía relaciones sexuales.
En ese momento, ambos fugitivos se acercaron al vehículo enmascarados con un pasamontañas y armados con las pistolas que anteriormente habían robado.
En consecuencia, Brito comenzó a disparar al conductor hasta vaciar su cargador.
Sin embargo, las pruebas realizadas a la joven en un centro médico afirmaban que esta había sido víctima de una agresión sexual.
Es desde ese momento que la relación entre Brito y Picatoste empezó a fragmentarse.
[4][10] Más adelante, llegó a ejercer de mediador en un conflicto entre reclusos y carceleros.
El mozo que quedó parapléjico, en el momento del asalto armado estaba de prácticas y se le declaró no apto para el servicio como agente de los Mozos.