También describía la heredad con que frecuentemente se premiaba a dicho funcionario por los servicios prestados durante la vida útil, como una especie de premio de jubilación.
Villiquera, pues, aludiría a las tierras ganadas por un cierto vīllĭcus durante la última etapa del Imperio romano en la zona fronteriza entre las provincias Lusitana y Tarraconense, en las cercanías de la gran finca de un gran terrateniente, seguramente junto al río Tormes, hacia el pueblo de Villamayor.
Sin embargo, Riesco Chueca[5] considera improbable tal origen, anómalo en lo morfológico y poco motivado en lo histórico.
El pueblo se alza a 826 metros sobre el nivel del mar.
[7] Buscaron para el emplazamiento un lugar topográficamente más elevado que el antiguo Villiquera para no tener problemas con las crecidas del Arroyo de la Encina y su pequeño afluente el Arroyo o Regato de Cedillos y construyeron varias casas en la zona del actual cementerio; un promontorio elevado desde el que se divisa casi toda la comarca de La Armuña, la capital salmantina y, en días claros, la sierra de Gata.