Castigo

Según el rango de severidad, existen castigos que pueden causar dolor físico o moral a una persona, e incluso llegar a la mortificación al corregir duramente, o todo lo contrario.

Históricamente, las potencias ocupantes, han utilizado el castigo colectivo como una forma de tomar represalias.

En casos más serios el castigo pueden ser multas y pagos de compensación que pueden ser considerados como restauración.

El sufrimiento del perpetrador es visto como algo bueno incluso aunque no conlleve beneficios a la víctima.

Un ejemplo menos violento y aun usado es poner jabón en la boca de los niños por utilizar lenguaje inapropiado.

La letra con sangre entra , de Francisco de Goya (Década de 1780). La obra muestra una escena en una escuela en la que el maestro está en actitud de azotar a un alumno, que se descubre las nalgas para recibir el castigo. Junto a él hay otros alumnos llorando después de haber recibido la misma lección.
Esclavo siendo castigado con un látigo; Brasil , principios del siglo XIX
Litografía francesa de Charles Vernier (1920), ilustrando el antiguo castigo de la "palmeta" en la educación.