Como el belga Neut, el francés Joannon, el yugoslavo Prajoux y el holandés de Groote, además de aportar técnicas constructivas, Lehuedé formó familia en Chile tuvo cuatro hijos y, a la manera europea, ellas se transmitieron a las generaciones siguientes.
Pedro Lehuedé también se introdujo en el rubro ferretería y materiales de construcción.
Primero con unos franceses, Quenet, y luego con un socio chileno en Ahumada 79, dirección clásica que mantuvieron desde 1911 hasta su muerte en el mismo lugar.
La tradición fue proseguida por Luis y René Lehuedé de la tercera generación hasta 1958, fecha en la cual se mudó a unas cuadras.
Los pisos de roble americano, los muros exteriores de piedra sólida, el comedor enmaderado, las puertas con vitrales entre ese espacio y el salón; la gran escala, el acceso importante muy similar al que aplicó el arquitecto en la Casa Ariztía de Monjitas; el artesonado del salón (es decir, que presenta adornos cuadrados o poligonales en el techo); las grandes chimeneas de los dormitorios; los variados balcones y terrazas; en fin, todo es de una ejecución impecable, que entonces se encontraba más en Providencia o Zapallar, en arquitecturas recreativas de millonarios, que en una casa como ésta, urbana, y tan urbana que se adecua a la escala del barrio sin imponer su mayor contextura.
La departametalización y los innumerables terremotos que soportó la casa desde 1923 dañaron muy profundamente su estructura.
Las obras de restauración comenzaron en 2012 y terminaron en 2014, cuando finalmente se inauguró como hotel.
La Plaza Camilo Mori es el pequeño espacio de forma triangular que enfrenta a la Casa diseñada por el arquitecto Federico Bieregel, conocida como Casa Roja o Castillo Lehuedé (1923), otorgando gran carácter a este sector.
Claramente, el Barrio Bellavista no sería el mismo sin este "castillo" que respalda la Plazoleta Mori y conforma así un rincón tan característico que ya se reproduce en las postales de Santiago.