El castillo de Alcalá de Ebro era un castillo de origen musulmán construido en el siglo IX ubicado el municipio zaragozano de Alcalá de Ebro, junto al río Ebro, para controlar el paso.
[1] Apenas quedan vestigios del castillo que servía para controlar, tanto el paso, como el cruce por el río.
El castillo fue reconquistado en el año 1090 por Sancho Ramírez, pasando a formar parte de la Terra regis.
Posteriormente fue cedido en tenencia a distintos nobles entre los que podemos contar a los Salces o los Luna, volviendo a la corona con Fernando I de Aragón.
En el sigo XVII era propiedad del ducado de Villahermosa y en 1707 fue demolido por orden de Felipe V de España con motivo del apoyo de Aragón al archiduque Carlos de Austria.