Castillo de Alfambra

Data del siglo XI y fue de una importancia vital en el sur de Aragón.

Su nombre musulmán Al-Ambra (la roja) que responde justamente al color de la tierra y de las piedras de esta localidad evidencia su origen habiendo pertenecido a los Banu Razín (Albarracín).

Fue reconquistado en 1169 por Alfonso II de Aragón y cinco años más tarde fue entregado en encomienda a la orden de Monte Gaudio.

Algo después, las desavenencias en la propia orden, consiguen que una parte representativa de la misma logre su unión al temple en 1196, si bien otras partes de esta orden se independizaron.

[1]​ Está ubicado sobre un promontorio con una fabulosa visibilidad, pudiendo alcanzar la vista las sierras de Palomera y Castelfrío, así como la vega de Alfambra.