La edificación interior corría sobre los muros, con un patio central en cuyo suelo se conserva un aljibe tallado en la roca.
El estrecho paso por el que hoy día se accede al castillo fue antaño cortado para rodear al castillo de un foso y hacerlo sólo accesible a través de puente levadizo.
A este castillo se le reconocen orígenes remotos: a juzgar por su fábrica, la fortaleza de Arbeteta debe datarse en el siglo X cuando menos, quizá sobre la base de un castro más antiguo.
En todo caso, la baja mampostería del aparejo, las labores constructivas y la planta de toda la parte sur, en que se enclava la torre del homenaje que defiende el acceso al castillo, delatan un origen árabe.
El siglo XV será, para toda la serranía conquense, un periodo de continua tensión.