Situada en un promontorio rocoso que termina bruscamente en un cortado, la fortaleza es de planta sensiblemente cuadrada, en forma trapezoidal, con el acceso principal en la base mayor orientado al noroeste.
Conserva tres torres de planta circular en otras tantas esquinas, faltando la cuarta, correspondiente al ángulo sudeste.
En el siglo VIII toma parte activa en las insurrecciones y revueltas de la serranía bereber, interviniendo en el advenimiento del emir Abderramán I.
Durante los siglos XII al XV quedó vinculado a las alternancias de dominio andalusí y magrebí.
Esta concesión se complementa con otra cédula, de igual fecha, facultando al conde para "labrar e faser y hedificar una fortaleça".