Fue construido por los cristianos en el siglo XIII, después de su conquista por Jaime I, y se encuentra en la cumbre de un cerro rocoso y escarpado, sobre el casco urbano.
Destaca por su posición estratégica, divisándose el castillo de Cocentaina y las torres de Penella y Sena.
El conjunto ha sufrido varias reformas y reconstrucciones a lo largo de su historia.
En total, la fortificación ocupa 400 m² de superficie.
En la torre, un agujero hace peligrar la estabilidad del tramo de muro, mientras que las estructuras horizontales ya están en ruinas o desaparecidas.