Tiene un soberbio patio interior cuyo segundo piso se presenta con una balaustrada con columnas y capiteles jónicos sobre los que descansan unas bellas zapatas.
En el siglo XXI este edificio es propiedad privada, pero el visitante puede verlo pidiendo permiso a los propietarios, o informándose en el ayuntamiento.
Antaño se encontraba rodeado por un foso, hoy cegado, provisto de un puente levadizo.
El patio interior, de buen gusto renacentista, cuenta con doble galería y escalera claustral.
Aunque en el siglo XVI la arquitectura militar de la comarca ya había perdido su sentido, esta fortaleza, anterior al siglo XIII, se levanta como palacio.