Las partes más antiguas del recinto actual datan de los siglos X y XI.
El castillo se construyó en un promontorio rocoso situado en medio de un valle profundo, que conectaba el norte con el sur de Europa.
Esta situación estratégica en el centro de Europa, en la carretera del macizo de San Gotardo, desde siempre ha incitado a los hombres a transformar y mejorar el lugar, creando a través de los siglos verdaderas fortalezas defensivas, llegando hasta cerrar el valle del río Tessino, de parte a parte, por una muralla.
Las primeras instalaciones humanas datan del neolítico.
La última restauración, obra del arquitecto Aurelio Galfetti, aporta una lectura contemporánea a la historia de la fortaleza.