[1] El castillo puede considerarse de origen musulmán, posiblemente construida entre los siglos XI y XII; de hecho, aunque su topónimo parece provenir de tiempos anteriores a la dominación musulmana, es en esta época cuando se configura la actual población y las numerosas aldeas y alquerías dependientes de ella.
Además en este momento Enguera alcanzó cierta relevancia, concretamente durante un corto periodo del siglo XII en el cual fue capital comarcal de un reino taifal que abarcaba hasta Denia, dándole gran importancia en esta zona estratégica.
Tras la Reconquista las tropas castellanas al mando de Pedro Núñez de Guzmán tomaron el castillo, llevando a cabo una reforma para su aprovechamiento.
Su situación fronteriza, tuvo siempre una gran importancia estratégica, por lo que se mantuvo en uso hasta su demolición en 1365, ordenada por Pedro IV de Aragón, el Ceremonioso, para evitar que pudiera ser utilizado por las tropas castellanas durante las Guerras de la Unión.
Más tarde, el terremoto de 1748 afectaría a las estructuras que se conservaran contribuyendo a su ruina, acentuada con la acción de los elementos y el paso del tiempo hasta llegar al estado en el que se encuentra en la actualidad.
[1][2] Se aprecian distintos tramos de murallas que delimitan un doble recinto.
El inferior, de planta poligonal irregular, conserva numerosos restos islámicos y forma un antemuro a los pies del castillo principal.
La mayor parte del recinto inferior se adapta al terreno, y todavía se pueden ver unas torres de planta rectangular, que se encuentran bastante dañadas, así como alguna defensa inferior previa, todavía más dañada.
El recinto principal es casi rectangular y se ubica en la cima del monte, presentando restos de muros y torres angulares, que parecen de la época cristiana, manufacturados en cal y canto, destacando al sur una torre avanzada con saeteras.
En el centro, de este recinto alto, se mantiene los restos de un gran torreón, construido con sillares, que pudo ser la torre del homenaje cristiana.
[1][2] La técnica predominante es el tapial; ésta se concreta en la construcción de muros empleando un molde o encofrado, en el que se vierte mortero (de tierra y cal) y mampuestos.
El motivo del empleo de esta técnica supera lo meramente decorativo y tiene como fin proyectar una imagen de solidez constructiva con la intención de disuadir del ataque a posibles enemigos.
Según este autor se conocen las fechas en las que cae en desuso, y por tanto los ejemplos más modernos, de esta técnica decorativa, ya que con la conquista cristiana de las mismas ya no se vuelve a emplear.
Las construcciones más modernas con estas decoraciones se fechan en el periodo comprendido entre 1184 y 1199, fechas que se comprenden dentro del gobierno del califa Abu Yusuf Ya’qub ibn Yusuf, al-Mansur.
La consecuencia lógica de esta información es deducir que el falso despiece del castillo de Enguera no se pudo construir más allá de las dos últimas décadas del siglo XII.
Tras la reconquista y su donación a la mencionada Orden de Santiago, se integró en una red de construcciones similares cuya función principal era realizar un control efectivo del territorio y favorecer su defensa en caso de conflicto.
Paso obligatorio para personas y mercancías que desearan viajar desde el noreste peninsular hasta la actual Andalucía o el centro peninsular y viceversa.
Por su situación el castillo de Enguera puede neutralizar los posibles ataques procedentes del oeste, al controlar una serie de caminos que discurren a sus pies y cuyo uso ya se documenta, al menos, desde época ibérica (Castellano, 2102), concretamente la antigua vía que comunicaba la zona de Almansa-Ayora con el valle del río Cáñoles, cuyo tramo final lo constituye el puerto viejo de La Alcudia o su variante hacia Montesa, cruzando la sierra de La plana por las inmediaciones de El Piquet (altura que durante el primer tercio del siglo XX aún conservaba el nombre de Pico de la Atalaya).
Junto a las vías principales se documenta toda una red de caminos secundarios que vertebran el territorio.
95) se conserva un documento en el que se hace referencia a un permiso concedido a la Orden de Santiago para abastecer el castillo mediante la compra de trigo (Jiménez, 1994).
La revuelta Mudéjar perduró en estos territorios hasta el año 1304.
208 r y v., en el que se hace una relación de los castillos que resguardan el territorio al sur del Júcar en la que se incluye el de Enguera.
Esta noticia, lleva a aquilatar la anterior de 1365, ya que el abastecimiento del castillo implica que la destrucción llevada a cabo, dos años antes, por García de Lóriz, no debió de ser tan completa como históricamente se ha afirmado.
111 v-112, situación que no se resolvió durante el año 1371, llegando a nosotros esta información por una visita del Lugarteniente del Gobernador, Archivo de la Corona de Aragón., Reg., 1464, fol.
Estudios de historia y arqueología medievales XI.
(2012): La definición del extremo noroeste de la Contestania.
Instituto de Estudios Territoriales El Caroig.
Castellano Castillo, J. J. (2017): Dos noticias que confirman el carácter fronterizo de Enguera y la pervivencia de su castillo durante los siglos XIV y XV.
La reincorporación de Burriana a la Corona Real.
Jiménez Piqueras, J. M. (1994): El castillo de Enguera.