En la época carlista se añadieron unos muros y una gran torre redonda.
La torre del extremos suroeste es de mayores dimensiones que las otras dos y corresponde a la zona más noble del edificio, conformándose un fuerte de tipo Vauban.
Su parte superior está rematada por una cornisa sobre la que se asienta el coronamiento.
Su interior está cubierto por una bóveda esférica construida de ladrillo y los accesos al recinto se hace por medio de tres vanos rectangulares situados en el interior del complejo arquitectónico.
Aunque a comienzos del siglo XX el edificio se encontraba en estado de ruina progresiva.,[2] ha sufrido una importante y respetuosa restauración durante los últimos años de la primera década del siglo XXI.