Fortificación de origen pre feudal, estaba edificada sobre una construcción anterior del bajo imperio romano.
Durante la contienda catalana contra Felipe V, sufrió dicha força grandes destrozos.
Por lo que finalizada la Guerra de Sucesión fue remodelado durante el primer cuarto del siglo XVIII.
Así, la pacificación generalizada del país y las nuevas tendencias arquitectónicas favorecieron que en dicha restauración la construcción perdiese su eminente carácter defensivo y fuera substituido por un aspecto de mansión señorial adornada por un hortus italianizante.
Pese a quedar muy maltrecho tras la Guerra del Francés seguirá habitado por varias familias de labriegos hasta que a mediados del siglo XX sus propietarios acabaron por restaurarlo como residencia estival.