Las crónicas de Juan II relatan con detalle esta circunstancia cuando, tras la toma del recinto exterior, los musulmanes se refugiaron en la torre del homenaje, causando importantes bajas entre los asaltantes que tuvieron que permitir la huida nocturna de los defensores, desamparando la torre.
El infante Fernando dejó por alcalde a Pero Sánchez Escobar, dándole paga para seis caballeros y treinta peones, aunque de nuevo fue recuperado por los nazaríes quienes posteriormente lo abandonaron no sin antes haberlo destruido.
Desde este momento Jévar se convirtió en enclave fronterizo vinculado militarmente al alcaide de Antequera.
Su función ha sido muy eficaz no sólo para progresar en su definición sino, además, en el de las estructuras sociales en que surge y se utiliza.
Estas piedras van disminuyendo de tamaño en los tramos superiores, observándose en los restos un enlucido blanquecino, perdido en gran parte.
En los restos de muralla exterior observamos el mismo aparejo, si bien el rejuntado entre las piedras es menor abriendo huecos entre ellas más o menos grandes.