Del Castillo de Montesquiu se tiene constancia documental de su existencia desde el siglo XIII.
Su origen parece poder encontrarse en una pequeña guardia o atalaya de planta rectangular que probablemente se construyó entre los siglo X y XI.
Se encuentra vinculado al castillo de Besora, verdadero centro de poder del término durante la Baja Edad Media.
En el año 1976, su último propietario, Emili Juncadella, cedió a la Diputación de Barcelona el castillo y la finca.
Actualmente el edificio se ha adaptado para ser visitado y para que en él puedan realizarse actividades pedagógicas, reuniones o seminarios.