Situado en un cerro que domina el pueblo, los restos están muy deteriorados aunque se conservan algunos muros en pie.
El del lado norte tiene en su ángulo una torre con estancia interna.
Las excavaciones arqueológicas llevas a cabo revelaron una planta pentagonal, siguiendo la topografía del terreno.
Los flancos sur y oeste presentan caras verticales de unos 40 metros de altura.
Ojén quedó totalmente desolado hasta que Fernando de Solís reconstruyó el castillo.