[4] De construcción islámica, por los vestigios cerámicos y de otros tipos hallados en su emplazamiento debió existir aquí con anterioridad un asentamiento fortificado ibérico tardío, ocupado posteriormente por los romanos.
Con la ocupación cristiana sería refortificado y ampliado con dependencias más complejas.
El inferior y más extenso (1438 m²)[2] se construyó en tapial adaptándose a la orografía del terreno y delimitaba el albacar, careciendo de construcciones interiores.
[2] En el ángulo noroeste estaba el recinto superior (592 m²),[2] más complejo y reforzado por al menos dos torres, una circular de mampostería y otra cuadrangular de tapial, que defendía el único acceso a esta parte del castillo.
[4] En 1346 Jaime II hizo donación del castillo al infante Pedro, con una cláusula por la que, en caso de no tener descendencia directa y masculina, la jurisdicción volvería a la corona, cosa que ocurrió prácticamente un siglo después.