En el siglo X y por su ubicación estratégica, el castillo representa el extremo de la Marca.
En el año 1002, los condes de Barcelona Ramón Borrell y Ermesenda de Carcasona convocaron juicio y se supone que la sentencia, que no se conoce, fue favorable al obispo Sal-la.
Su hijo, distinguido por Felipe IV será elevado a grande de España en 1647.
En el año 1842, el conde de Santa Coloma vende el castillo, muy deteriorado a Josep Safont i Lluch (1803-1861), comerciante y banquero.
En la fachada norte se puede observar el desarrollo en altura del edificio: planta baja, piso y azotea.
De los muros restantes, que debían conformar la nave y el ábside, ya no queda ninguna traza.
Actualmente el edificio no tiene culto y se encuentra en proceso de consolidación.