San Pedro Manrique permaneció en poder real hasta finales del siglo XIV en plena época de la señorialización castellana, producida por una nueva dinastía Trastámara y su deseo de perpetuarse en el trono a través de donaciones a los nobles que les habían apoyado en la guerra civil contra Pedro I de Castilla.
Una de las familias que más les ayudó fue la Manrique que obtuvo la villa de San Pedro, iniciando la construcción del castillo y la mejora de las murallas de esta.
En principio puede considerarse toda la obra del siglo XV algo arcaica y recuperando formas del XIV salvo en los canecillos.
Con la excepción del recinto triangular ente la puerta que parece posterior, quizás de finales del XV o principios del XVI.
Del castillo, que debió ser gran fortaleza, apenas se levantan dos torres a la entrada del recinto, con matacanes aún visibles, realizadas en mampostería con sillares en sus esquinas y de planta poligonal.