En 1654, durante el shogunato Tokugawa, el curso del río Tone fue desviado para prevenir que Edo fuera inundada.
El daimio del Dominio de Sekiyado, Itakura Shigetsune, aprovechó dicha circunstancia para construir un canal que unía los ríos Tone y Edogawa en Sekiyado, lo que reducía notablemente el viaje, e incrementaba los ingresos de su dominio.
El shogunato apreció la potencialidad del canal y estableció un puesto para controlar el tráfico fluvial, al tiempo que enviaban al clan Kuze a gobernar la región (1705), puesto que ocuparían durante ocho generaciones hasta la restauración Meiji.
Durante la restauración Meiji, el nuevo gobierno ordenó la destrucción de todas las antiguas fortificaciones feudales.
No obstante, los edificios reconstruidos no se encuentran en su ubicación original ni son históricamente precisos, ya que han sido creados basándose en modelos estereotípicos de otros castillos.