Se emplaza a orillas del mar en pleno golfo de Morbihan.
Se encuentra en un vasto dominio forestal y agrícola que posee un acceso desde el mar.
Destacan las vastas parcelas cerradas que sirven para la producción de madera, la ganadería y la caza.
En la Revolución Francesa, los edificios fueron vendidos, luego desmantelados sus estructuras y piedras talladas para acabar en estado de ruina.
Este conjunto está clasificado como monumento histórico desde 1840, bajo proposición de Prosper Mérimée.