Muy abundante antaño en todas partes, hoy en día solo lo es en algunas regiones de la antigua URSS.
En España fue introducido en el río Ebro con la suelta de 18 ejemplares en 2003[5] y en 2018 en Italia, especialmente en Friuli-Venezia Giulia.
Además están cubiertos por un espeso pelaje impermeable, tienen narices obturables, anchas patas traseras dotadas de membrana natatoria y una cola curiosa, ancha y aplastada, cubierta únicamente de escamas dérmicas.
Sus fuertes dientes acerados les permiten roer los troncos de los árboles pequeños que consiguen abatir.
A veces los castores también excavan madrigueras en los bordes de los ríos, pero la salida siempre está bajo el agua.