Por el sur y el este los límites orográficos vienen marcados por el cauce del río Marlantes.
[2] La mayor parte de las intervenciones se realizaron en la vertiente norte del castro, que proporcionó abundante material cerámico y metálico.
La cerámica predominante está realizada a mano y con variados motivos decorativos tanto impresos como incisos y con motivos típicos (acanaladuras, uñadas, espigados, etc.) de las culturas del Hierro I, y aún anteriores.
Tras el dominio de la zona se levantó otro campamento más pequeño en el mismo lugar y con la misma orientación que el primero ya abandonado.
Esta necrópolis asegura la idea de una continuidad histórica del poblamiento en la comarca.