Catalina Rivas

En el año 2006 funda el Instituto de vida consagrada Stella Maris, en proceso de fundación y con sede en Mérida, Yucatán (México).

Según su testimonio cuando oraba bajo la cruz, sintió el deseo de dedicar su vida completa a Jesús.

Desde entonces, aparecen en su cuerpo estigmas en la frente, las manos, los pies y en el costado.

Catalina compró un Jesús de yeso al que los ojos comenzaron a fluir las lágrimas.

Las autoridades de la iglesia, habiendo examinado su testimonio, han reconocido que son reales y relevantes.