Catalina de Fonseca y Ulloa

Catalina de Fonseca y Ulloa vivió en el siglo XV y perteneció a la burguesía de Santiago de Compostela, donde desempeño un papel relevante y fuera de lo común en las mujeres de la época.

Era hija del doctor Juan Alonso de Ulloa y Monterroso, señor de Villabarca, consejero real de Juan II de Castilla, y de su esposa Beatriz Rodríguez de Fonseca,[1]​ hija del señor portugués de Olivenza, Barqueiros, Sousel y Panóias, Pedro Rodríguez de Fonseca, que fue guarda mayor de Juan I de Castilla, y de su esposa Inés Díaz Botelho.

[2]​[3]​ Se casó en 1424 con Diego González de Acevedo, contador del Reino de Castilla y señor del mayorazgo de Taxado, etc, que acompañó a Enrique IV y a Juan II en sus luchas contra los moros,[4]​ hijo de João Gonçalves de Azevedo luego Juan González de Acevedo (?-Salamanca, 24 de marzo de 1424, sep.

[2]​ Según García-Fernández (2013),[5]​ Catalina de Fonseca, siendo ya viuda de Acevedo, trató de salvaguardar los intereses de su hijo, Alonso II de Fonseca, el cual había sido hecho prisionero por Bernal Yáñez de Moscoso en el contexto de la revuelta de los compostelanos contra su señor, para lo cual dispuso que se tomasen, ante notario, un conjunto de alhajas y monedas viejas del tesoro de la Catedral por valor de dos mil cuatrocientos reales, para pagar el rescate exigido para la liberación del Arzobispo.

Terminó por hacer presos a los beneficiados del Cabildo y llegó a convertirse en cabecilla de la resistencia en la Catedral de Santiago, en la que permaneció encerrada junto con su otro hijo, Luis de Acevedo, y un reducido número de clérigos y hombres de armas, ante el asedio que sufrieron por parte de los rebeldes.