Catarina Eufémia

Sophia de Mello Breyner, Carlos Aboim Inglez, Eduardo Valente da Fonseca, Francisco Miguel Duarte, José Carlos Ary dos Santos, Maria Luísa Vilão Palma y António Vicente Campinas le dedicaron poemas.

A una pregunta del teniente de la Guarda Nacional, Catarina respondió que sólo querían «trabajo y pan».

Catarina no murió instantáneamente, pero pocos minutos después murió en los brazos de su propio patrón (que llegó más tarde), que la levantó del charco de sangre en el que se encontraba, y dijo: «Señor teniente, ha matado a una mujer, ¿qué va hacer ahora?».

Según lo relatado en la autopsia, Catarina Eufémia era «de estatura media (1,65 m), de piel morena, pelo negro, ojos marrones, y sistema muscular poco desenvuelto».

Tras la autopsia, temiendo la reacción de la población, las autoridades decidieron realizar el funeral a escondidas, anticipándolo una hora en relación con la que se había hecho constar.

Veinte años después, en 1974, sus restos mortales fueron finalmente trasladados a Baleizão.

La amiga de Catarina Mariana Janeiro, una militante comunista varias veces presa por la PIDE, siempre rechazó la hipótesis de que Catarina estuviese al servicio del partido.

Escudo de Baleizão , pueblo de Caterina Eufémia .
Localización de Beja en Portugal .