Catarina Paraguaçu

Murió a una edad avanzada en el año 1583 y redactó un testamento que aún existe hoy en el Monasterio de São Bento da Bahia, donde deja su propiedad a los monjes benedictinos.

Sus restos descansan en la Iglesia y Abadía de Nossa Senhora da Graça, en Salvador.

Según una leyenda, Catarina habría tenido frecuentes sueños de náufragos, pasando hambre y frío, entre ellos, una mujer con un niño en brazos.

Confiando en el carácter místico de los sueños de su esposa, Caramuru les habría ordenado que buscaran por la orilla, hasta encontrar varios náufragos, pero no había mujeres entre ellos.

[1]​ Otra tradición también nos cuenta la fuente en los alrededores del barrio de Graça en el que solía bañarse, donde se ubica una plaza renovada por el gobierno.

Caramuru y Paraguaçu, Viana do Castelo (Portugal).