Catecismo de Canisio

[1]​ Los consejeros del Emperador, coincidiendo con san Ignacio, determinaron que la Summa debía cumplir estos requisitos:[1]​ Jayo y Canisio se trasladaron a Viena para hacerse cargo de esta tarea, pero Jayo, murió a poco de llegar, y este modo la elaboración de esta summa recayo sobre Canisio.

[2]​ Este jesuita y teólogo, el último apóstol católico en una Alemania que basculaba hacia la Reforma, aceptó con mucho gusto esta tarea, pues estaba convencido de que «los alemanes son sinceros.

Se puede decir hoy que es el catecismo de prácticamente todas las naciones».

Entre estas dos partes, modo de un enlace entre ellas, se sitúa un pequeño tratado sobre los sacramentos que, justamente, son necesarios para recibir la Sensatez y permanecer en la Justicia.

En consecuencia el catecismo queda dividido en cinco capítulos : Cada una de las cuestiones se expone mediante una pregunta breve y precisa, Seguida de una respuesta que a veces se extiende a lo largo de dos o tres páginas, lo que prueba que el catecismo no estaba concebido para una memorización ingenua y primaria.

San Pedro Canisius es representado a menudo impartiendo una clase del catecismo a unas niñas
El sacramento de Confirmación : ilustración en el catecismo de Canisio (1659)