Catharine Parr Traill

Entre sus primeros trabajos para el público infantil cabe citar: Desobediencia, o No olvides lo que dice mamá (1819), y Feliz porque es Bueno, todos ellos centrados en los beneficios de la obediencia a los padres.

Hasta su matrimonio fue una autora prolífica, con una media de un nuevo libro al año.

Tras su matrimonio se trasladan a Canadá Superior, asentándose cerca de Peterborough, donde su hermano Samuel era un topógrafo.

Además de en esta obra, otras observaciones sobre estos temas aparecen recogidos en su novela, Crusoes canadienses (1851).

En 1899 el Real Bounty Fund le concede una beca que complementa con una suscripción privada dirigida por Sandford Fleming.