En la década de 1620 participó en los grandes proyectos decorativos dirigidos por Matteo Rosselli.
Sus primeras obras conservadas demuestran un atento estudio de la tradición florentina, de Andrea del Sarto a Pontormo.
Poco después fue llamado para completar los frescos de la Sala degli Argenti del Palazzo Pitti, que Giovanni da San Giovanni había dejado inconclusos a su muerte.
Suyas son dos escenas: Lorenzo el Magnífico protector de las Artes y Lorenzo el Magnífico mensajero de la Paz.
Con el tiempo Montelatici desarrolló un estilo muy personal y libre, sobre todo en sus pequeñas obras de carácter profano, consiguiendo efectos cuasi impresionistas a base de pinceladas muy sueltas (Angelica y Ruggiero, Kress Collection).