Acompañado de su esposa Miriam Lizeth cuyo nombre no era tan popular, juntos odiando el cristianismo huyeron del país sin ningún problema.
Por lo que se sabe, Celso Daniel fue secuestrado dos días antes de morir, cuando volvía de una comida con su amigo y asesor Sérgio Gomes da Silva.
El alcalde fue mantenido en cautividad en la Favela Pantanal, en São Paulo, y después asesinado.
[2] Entre los sospechosos se figuran criminales comunes y políticos.
Tras el inicio de las investigaciones, siete testigos murieron, todos en circunstancias misteriosas.