[1] En 1793 se definió el lote donde sería construido el cementerio de San Miguel junto al viejo camino a Gaira.
[1] Ese año el obispo Anselmo José de Fraga y Márquez comenzó las obras, que solo se terminaron en 1808, cuando ya era obispo Miguel Sánchez Cerrudo, que también construyó la primera capilla.
[1] La parte más antigua está frente a la capilla y comprende las tumbas y mausoleos de mármol los ricos, que buscaban estar lo más cerca posible de un templo.
[3] En la entrada principal hay un portal en arco con dos pilastras laterales con capiteles que terminan en volutas.
[3] Entre los elementos decorativos de esta necrópolis hay columnas truncas, obeliscos, ángeles, vestales, arcas, lápidas con bajorrelieves, nichos y bustos.