Cementerio de San Juan Bautista

Historia No será hasta la centuria del XIX cuando surjan los primeros cementerios.

Según, el malogrado historiador Antonio Béthencourt Massieu, los cementerios pioneros en la Península se instalaron en Málaga, (1805), Valencia (1807) y Sevilla (1819).

Siete meses después, el presbítero Nicolás Amaral estrenó, el 8 de febrero del 1815, el espacio reservado para los sacerdotes.

La autoridad religiosa, ante la insoportable fetidez que exhalaba su cuerpo gangrenado decidió enterrarla en el claustro.

Tras muchos dimes y diretes, se intentó exhumarla, pero, la pestilencia que emanaba impidió cumplir la orden.

Asimismo, son varios los alcaldes de la ciudad que están aquí enterrados.

En 1911 fundó el rotativo “El Periódico”, que se publicó hasta 1924 bajo el nombre de “La Información”.

En 1932 editó “La Razón”, periódico ligado a la Asociación Patronal de Comerciantes, lo que supuso que, en una huelga de la II República, en 1933, los obreros portuarios asaltaran y destruyeran su imprenta.

Asimismo, sobresale la figura de José Hernández Amador (1877-1950), que fue el primer presidente y cofundador del Ateneo lagunero.

El panteón Tacoronte-Bretillard, que se ubica en el ángulo izquierdo superior y presenta un desvencijado aspecto.

Todos juraron fidelidad a Fernando VII, menos Cuneo D´Ormano, su antecesor, que fue encarcelado.

Desde 1932 y cumpliendo las leyes impuestas durante la II República (1931-1936) se anexionó una pequeña necrópolis no católica preexistente al derribar los muros que la separaban.

Ya en el siglo XXI, en 2001, se llevan a cabo actos satánicos perpetrados por cuatro adolescentes.

La construcción ha sido concebida como un pequeño templo griego y, por otra parte, la gran sencillez decorativa y los elementos arquitectónicos empleados expresan un lenguaje fuertemente condicionado por el estilo neoclásico.