Censura editorial

Para que el libro pudiera circular, debía tener por parte del punto de vista eclesiástico: censura, parecer o licencia, y desde el punto de vista civil: licencia, tasa y privilegio.

[5]​ El libro sufrió alteraciones tanto en su texto como en su integridad al ser sidas aplicadas las leyes religiosas y civiles.

Con Carlos II era una condición estricta la revisión de la obra por parte del Consejo.

Con Fernando VI se prohibió estrictamente imprimir sin licencia, extendiéndose la normativa a todo libro, memorial y cualquier texto.

Tenía la intención de proteger las normas cristianas, vigilando así el correcto cumplimiento de las reglas religiosas, evitando los desvíos que se podían considerar un atentado en lo que respectaba al buen obrar cristiano.

Estaba confiada a los frailes dominicos y tenían un procedimiento dividido en tres etapas: El peso de esta institución se extendió por distintos territorios europeos, debido al surgimiento de grupos alternos a la iglesia romana, lo que amenazó su unicidad, volviéndose una preocupación para la Iglesia.

Debido a esto, en el siglo XVI aparecieron los índices de libros prohibidos y expurgados.

La Inquisición también concedió licencias para leer libros prohibidos, estas fueron otorgadas a "personas doctas y pías" que tenían la necesidad de refutar las obras.

En otras palabras, se salvaba el libro de la hoguera cuando fuese corregido o expurgado.

[12]​ De otro modo dicho, son los libros impresos con tipos móviles metálicos, entre los años 1450 y 1500, estos representan el momento histórico en que los libros se hallaban en sus orígenes, esto es, cuando apenas comenzaba el uso tecnológico en la impresión.

El Tercer Concilio en 1585 amenazó con la excomunión a quien estuviera en poder de algún libro prohibido.

Por otra parte, Enrique VIII ordenó la purga de libros perpetrada en Inglaterra entre 1536 y 1540, que fue completamente religiosa.

En la primera mitad del siglo XVI múltiples manuscritos ya habían desaparecido en Inglaterra.

[17]​ En lo que respecta a esta censura, no se conoce el establecimiento de criterios en específico, era una muy arbitraria a juicio del censor, pero se podían tomar en cuenta motivos sexuales o políticos (durante la dictadura de Franco se censuró todo aquel texto u obra que predicará en contra del Franquismo).

En un sentido más amplio, hubo diversas bibliotecas consumidas por los alemanes:[15]​ En 1940, las tropas soviéticas invadieron zonas como Letonia, Estonia y Lituania.

Una norma de Harald Habermann estipulaba que las bibliotecas debían retirar la literatura antisoviética, burguesa, chovinista y teológica.

Esta Revolución se caracterizó por la represión, así como por una severa educación a los intelectuales chinos.

Por lo tanto, antigüedades, templos, libros, manuscritos, etc. fueron destruidos o desprestigiados por la guardia roja.

[18]​ Entre los años 1976 a 1983 los altos cargos ocuparon la administración pública, por lo tanto fue un momento de dictadura militar.

William Blades fue el primer estudioso en ofrecer un análisis sistemático dedicado a la destrucción de libros y bibliotecas.

Dividió las causas en: fuego, agua, gas, calor, polvo, negligencia, ignorancia, maldad, incluyendo a los coleccionistas.

[15]​ En 1996, Theodore Kaczynski, fue sentenciado por sus actividades terroristas, advirtió en un escrito que era necesario quemar todos los textos con propuestas técnicas o científicas, pues afirmaba que los males de nuestra sociedad provienen del uso de la tecnología.

En 1935, muchas bibliotecas rechazaron las novelas de Theodore Dreiser, incluso algunos bibliotecarios llegaron a quemar sus ejemplares.

En octubre de 1973, Kurt Vonnegut publicó su novela Slaughterhouse Five y un vigilante la quemó por considerarla pornográfica.

Algunos ejemplos son: La autocensura es la limitación que se impone uno a sí mismo.

[26]​[27]​ La censura debe estar justificada según los efectos que puedan tener las expresiones respecto al derecho a la intimidad y el honor de las personas.

Toda censura debe cumplir con ciertos requisitos y no violar los planteamientos morales.

[28]​ La violencia contra los comunicadores de México se ha presentado en diversas formas, como ataques físicos, materiales y amenazas.

Todo esto propició que los libros se camuflaran con portadas de otros ejemplares.

En cuanto a los autores españoles, se vieron obligados a obedecer cada paradigma gramatical que estaba prohibido, tales como los puntos suspensivos, los nombres sin apellidos o narrar sucesos en un contexto ajeno al de España.