Como unidad fundamental se adoptó el franco de plata, los valores superiores a 5 francos fueron acuñados en oro, mientras que se permitió el uso del cobre para los centésimos.
[3] Tras la campaña de Italia liderada por Napoleón, en 1805 nació el Reino de Italia que, al ser en realidad una dependencia francesa, asumió el nuevo sistema monetario con base decimal.
[4] La moneda que representaba la centésima parte de la lira, se acuñó a partir de 1807 en las cecas de Bolonia, Venecia y Milán, que en particular se convirtió también en la ceca en la que se preparaba toda la acuñación del reino.
No obstante, los submúltiplos de la lira siguieron la base decimal, y así como el florín se dividió en 100 sólidos, la lira se componía de 100 centésimos.
Estas monedas entraron en circulación siguiendo un curso forzoso, por lo que no era posible convertirlos en oro o plata y, además, el pago entre particulares con esta moneda se limitaba a un cuarto de lira.
Tras estos acontecimientos, el Reino de Cerdeña inició la primera guerra de la Independencia y los dos gobiernos revolucionarios recién nacidos sustituyeron la lira austríaca por una nueva acuñación basada en la lira sarda.