La Cerámica micénica es la producida por ceramistas micénicos y está clasificada por los arqueólogos en una serie de fases estilísticas, que pueden agruparse en cuatro grandes etapas, que se corresponden aproximadamente con las etapas culturales/históricas.
Con esta base, se desarrolló el estilo palacial, de forma similar al hallado en Cnosos pero organizado más racionalmente.
Hacia 1500-1450 a. C. se ampliaron las formas cerámicas hasta alcanzar 68 perfiles distintos, como las copas efíreas (parecidas a las copas de champán actuales), las cráteras con dos asas horizontales o la jarra de estribo, con asa doble y pico vertedor descentrado, decoradas con motivos florales o marinos junto a otros geométricos, que desembocará en el estilo de metopas.
En el período final, surge el llamado estilo del granero, caracterizado por sus pinturas de círculos horizontales y el estilo tupido, de tipo lineal, con temas minoicos muy estilizados.
A partir del siglo XIII a. C., hay gran actividad exportadora de la cerámica por el Mediterráneo y el Próximo Oriente, llegando algunas piezas hasta lugares tan alejados como la península ibérica.