Juan Núñez envió dos caballeros a parlamentar con el monarca y en vista de la situación rompió su vínculo vasallático con el rey.
Tras tres días estrechando el cerco sobre la villa el infante Juan ordenó a sus huestes tomar el puente sobre el rio Duero.
El ejército del infante cargó contra el de Juan Núñez extendiéndose el combate por todo el puente.
Viendo la situación ordenó el infante Juan cortar la retirada al enemigo, para ello envió algunos hombres de armas bajo el puente con la intención de derribar el pilar más cercano a la muralla, que se encontraba fuera del agua.
Tras este enfrentamiento y viendo como el cerco se estrechaba cada vez más, Juan Núñez opta por escapar.
Días después, aprovechando la noche, junto a cien de sus caballeros, atraviesa las líneas reales al norte del cerco y huye en dirección a Cerezo donde se encontraban sus aliados Diego y Lope de Haro.
El Rey parte junto al infante Juan y acampan en Villasur de Herreros donde pronto surgen desavenencias entres los hermanos.
Envían misivas a los rebeldes, ofreciendo tregua, pero enterados estos de que las huestes reales prosiguen su marcha hacia el norte cruzan el Ebro.
Tras observarse ambos ejércitos se retiran y el rey tornan a Medina del Campo.
Se establece una tregua, Juan Núñez se retira de Aranda y acude a Cerezo junto a sus aliados para empezar negociaciones con el rey en Pancorbo, a la que acudirá la reina madre María de Molina como representante regia dada la belicosidad del hermano del rey, el infante Juan que solo deseaba proseguir el enfrentamiento para adueñarse del señorío de Vizcaya.