Del lado chileno se encuentra dentro de la reserva nacional Huascoaltinos.
Desde sus laderas desciende el río Valeriano en dirección al océano Pacífico.
[1] Es conocido por haber albergado un centro ceremonial incaico, un santuario de altura con un enterratorio.
Su importancia y fama radican en que fue un oratorio y lugar de sacrificios incaico, hecho que se descubrió en 1964 cuando dos andinistas argentinos del Club Andino Mercedario encontraron en la cumbre el cuerpo de un joven indígena en perfecto estado de conservación, conocido como “La Momia del Cerro El Toro”.
Conocido como la Momia del Cerro El Toro, el hallazgo arqueológico en la actualidad se encuentra en el Museo arqueológico Mario Gambier en Rawson, provincia de San Juan.