Las cervezas mexicanas tienen larga historia como bebida fermentada tras la llegada de los conquistadores europeos a América.
Dichos grupos cerveceros forman parte de la holandesa Heineken[2] y la belga InBev,[3] respectivamente.
Alguna vez fueron: Las marcas de cerveza destinada exclusivamente para el mercado interno son: En épocas recientes, ha crecido este control mediante la reglamentación del proceso en cuanto a materiales peligrosos, como aditivos.
El país ocupa el séptimo lugar en consumo de cerveza en el mundo esto al final lleva a que los consumidores quieran probar cosas nuevas, llevar su paladar a diferentes experiencias.
A pesar de que muchas empresas mexicanas artesanales venden ya hasta 90 mil litros mensuales, su proceso sigue siendo estrictamente artesanal para mantener el prestigio y calidad que las caracterizan.