Dentro de la cetárea, unas de las especies más abundantes es el bogavante europeo, azul violáceo o verdoso, que se captura en las costas atlánticas, en Gran Bretaña y en Noruega, aunque si hablamos de una cetárea gallega, solo almacena y cuida el recogido en sus costas.
Es muy apreciado en la cocina española, por su sabor y su tremendo gusto a mar.
Su cuerpo está protegido por un caparazón grueso y su abdomen presenta siete anillos.
La carne es blanca, consistente, sabrosa y en el tórax guarda una parte cremosa llamada coral.
La palabra cetárea viene del latín (cetaria), que significa lugar de crecimiento.