La isla había sido propiedad del expresidente Rafael Nuñez, quien se la concedió a su cochero en agradecimiento por sus servicios.
Muchas no contaban con los servicios públicos básicos (agua potable, alcantarillado o energía eléctrica) y eran demasiado pequeñas para la cantidad de personas que albergaban.
La falta de educación ocasionó que los chambaculeros se emplearan en oficios informales y poco remunerados.
La mayoría de ellos se dedicaban al comercio ambulante y a la albañilería.
La mayor parte de los ingresos mensuales por hogar estaban concentrados en la alimentación, por lo cual, era difícil realizar cuantiosas inversiones en el mejoramiento del hábitat.
Ese mismo año, salió a la luz pública el primer proyecto que visualizaba la remoción definitiva de la comunidad.
No obstante, dado los nuevos términos del contrato, el proyecto resultó desfinanciado y continuó siendo postergado.
Para finales de 1972, ya se hallaban reinstalados en sus nuevos asentamientos aunque apenas, unos años después, comenzaron a aflorar los desatinos del proceso.
Efectivamente, tal como lo retrató en su obra, Chambacú era un barrio habitado mayoritariamente por afrodescendientes; dicha imagen ha servido de inspiración a numerosas canciones que hacen referencia al sitio.
La cumbia "Chambacú", compuesta por Pedro Nel Isaza Aguirre es quizás la canción más célebre y popular; ha sido interpretada en numerosas versiones, siendo las más antiguas registradas la de Aurita Castillo[5] y la de Lito Barrientos[6] en 1965, y la más reciente la interpretada por Totó la Momposina, en su disco Pacantó, de 2004.