Trabajó predominantemente en el campo de la escultura, donde ensayó procedimientos de repetición seriada, pero también produjo pinturas y obra gráfica sobre papel.
[1] Posenenske trabajó sobre diversos medios y su práctica artística se fue haciendo progresivamente más abstracta.
En 1968 Posenenske publicó una declaración de principios en la revista Art International en la que se refería a la reproducibilidad de sus trabajos y su deseo de que el concepto y la propiedad de la obra resultasen accesibles: Poseneske abandonó la actividad artística en 1968, convencida de que el arte no podría influir en la sociedad o llamar la atención sobre las desigualdades sociales.
A partir de ese momento trabajó como socióloga especializada en el empleo y las prácticas laborables industriales hasta su muerte en 1985.
Durante este periodo de exilio artístico autoimpuesto Posenenske rechazó visitar exposiciones y no volvió a mostrar su trabajo.