Chiste del susurro

Los chistes de susurro (en alemán: Flüsterwitze), en la historia del humorismo alemán, eran chistes que no podían contarse en público porque abordan temas tabú, por ejemplo, criticaban a las autoridades.

Los chistes del susurro se difundieron en el Tercer Reich bajo Adolf Hitler, y sirvieron para diferentes propósitos.

El siguiente es un ejemplo de una broma susurrante en la Alemania nazi, parodiada de la oración de los niños: "Querido Dios, hazme bueno / para que pueda ir al cielo" (Lieber Gott, mach mich fromm / Daβ ich in den Himmel komm), reformulado como "Querido Dios, hazme tonto / para que no venga Dachau" (Lieber Gott, mach mich stumm / Daβ ich nicht en Dachau kumm).

Los pacientes alineados junto a sus camas lo saludan con "¡Heil Hitler!".

Él responde: “Mi Führer, soy el enfermero, ¡yo no estoy loco!”[3]​ En la República Democrática Alemana, los chistes de susurros ridiculizaron al partido comunista y las elecciones estatales, o las terribles condiciones de vida en el estado comunista.