Chiyo Uno

Tuvo influencia significativa tanto en la moda como en el cine y la literatura de Japón.

En 1935, Uno publicó la novela Confesiones de Amor, que le trajo una grana fama.

También escribió con soltura desde la perspectiva de un hombre, lo cual le añadió atractivo a su libro.

En 1983 publicó las memorias Seguiré viviendo (Ikite Iku Watakushi), que fueron ampliamente leídas y adaptadas para televisión.

Casada varias veces con diferentes grados de éxito, Uno encontró difícil quedarse sólo con un hombre.