La vegetación riparia está dominada en una primera banda por alamedas blancas y en menor medida por saucedas arbóreas.
Igualmente, en zonas húmedas, pero no tan bien conservadas, se observan juncales de junco churrero (Scirpus holoschoenus).
[1] Entre la vegetación no ligada a medios húmedos destacan los pinares de pino carrasco (Pinus halepensis) y los encinares basófilos (Quercus ilex subsp.
ballota), que se entremezclan con diversos matorrales basófilos (coscojares, aliagares, tomillares, romerales, etc.).
En las zonas rocosas expuestas, con suelos muy poco desarrollados y orientados al sur, dominan los sabinares negros (Juniperus phoenicea), en las zonas umbrosas aparecen retazos de bojedas (Buxus sempervirens), y en las zonas más o menos llanas y alteradas con suelos profundos dominan los retamares (Retama sphaerocarpa) como etapa de sustitución de los encinares basófilos.
), falsa acacia (Robinia pseudoacacia), laurel (Laurus nobilis), laurel cerezo (Prunus laurocerasus), lirio común (Iris germanica), nogal (Juglans regia), palmeras (distintas especies) y plátano de sombra (Platanus x hispanica).
[1] Con respecto a la fauna, las especies de peces que habitan los tramos de los ríos Cabriel y Guadazaón son la trucha común (Salmo trutta), el barbo mediterráneo (Barbus guiraonis), el cacho (Squalius valentinus), la boga del Tajo (Pseudochondrostoma polylepis, exótica en la cuenca), el gobio (Gobio lozanoi, probablemente exótico en la cuenca del Júcar) y el alburno (Alburnus alburnus, especie exótica invasora).