Pueden sin embargo tener una vocación secundaria artística, como señal, tótem, o trabajo de arte si se talla la madera.
Los bosques maduros (de 100 a 500 años y más según la composición de las especies forestales) que son los árboles senescentes, como las maderas muertas aún de pie o tumbadas en el suelo tienen un interés ecológico principal por la biodiversidad: La silvicultura sostenible comienza por integrar la protección o por reintroducir una cantidad mínima de madera muerta en los bosques.
Los arboristas tienden también a integrar este tema, con un concepto de “Alta calidad arborícola” propuesta en Nantes en el Coloquio Árbol y desarrollo sostenible.
[4] Diferentes tipos existentes de chronoxyles / Monolithes : Las colectividades deben a la vez adoptar todas las medidas razonables para garantizar la seguridad de las guías, y proteger los hábitats de las especies protegidas (entre las cuales la madera muerta o senescente necesaria para la supervivencia de numerosos invertebrados y vertebrados protegidos); dos objetivos que parecen a veces contradictorios.
Es por esto por lo que se recomienda indicar y seguir los árboles muertos y chronoxyles situados al borde de ejes de paso.
Los troncos aislados caídos medio enterrados en el suelo siguen siendo húmedos y son difíciles de desplazar.
Cuentan también entre las especies más amenazadas, ya lo recordó el Consejo de Europa en 1986, pidiendo a los Estados miembros identificar y proteger una red de bosques maduros ricos en madera.
Estos bosques son en efecto primordiales para la supervivencia de las especies saproxílicas (que deterioran la madera y se alimentan produciendo una parte esencial del humus forestal).
En condiciones frescas y húmedas, el monolito alberga otras especies, que ven también su hábitat reducirse.