Al tratarse la Vega de Granada de un espacio físico muy fértil, esto permitió que el asentamiento humano se realizara con anterioridad al Paleolítico Medio.
Pero no será hasta la época romana cuando empiece a configurarse, la Vega, como una rica región de regadío, donde se establecieron una serie de pequeñas poblaciones dispersas, villas romanas o caseríos, en torno a una población mayor, Ilíberis, como así ocurrió con el municipio de Churriana en la etapa romana.
La muestra del florecimiento cultural hispanomusulmán en Churriana está aún hoy presente por la existencia de un baño árabe o Hammam junto a la acequia principal del pueblo, Arabuleila.
En Churriana, la población era esencialmente morisca, al igual que gran parte del Reino de Granada, que aunque había vivido una evolución pacífica en los años inmediatos a la Toma de Granada, se verá drásticamente disminuida por la Sublevación de los moriscos a partir de la segunda mitad del siglo XVI.
Comenzando, tras la sangría demográfica, la repoblación en Churriana con 100 familias de cristianos viejos de origen variado (cordobeses, extremeños, castellanos, asturianos, murcianos o vizcaínos).